5.Lee este fragmento, en el que el pastor albanio descubre a su amada camila, y contesta a las preguntas que se plantean a continuación:
-¿Cómo se explica que haya personajes mitológicos como las ninfas?
Porque vió algo entre rama y rama.
-¿Qué sentimientos expresa el poeta hacia camila?¿Su amor es correspondido?
Que es preciosa y que le quiere hablar pero no sabe como.
Si, su amor es correspondido
-¿Cómo es la amada a los ojos del poeta?
Es muy hermosa y bella
-¿A qué remite la metáfora aquesta llama?
Como esta llama.
BIOGRAFIA DE GARCILASO
Garcilaso de la vega fue un poeta y militar español del siglo de oro.
Sus abuelos paternos son Pedro Suarez de fiqueroa y Elvira Lasso de Mendoza.
Quedó huérfano de padre y se educó esmeradamente en la Corte, donde conoció en 1519 a su gran amigo, el caballero Juan Boscán. Seguramente a este debió el toledano su gran aprecio por la lírica del valenciano Ausias March
, que dejó alguna huella en su obra.
A su retorno a Toledo, contrajo matrimonio en 1525 con
Elena de Zúñiga,
12 dama de doña Leonor, hermana de Carlos I de España; por ello Garcilaso entró a formar parte del séquito de ésta. También tuvo un hijo antes de su matrimonio con una dama comunera toledana,
Guiomar Carrillo, que reconoció de forma póstuma, Lorenzo Suárez de Figueroa,
13 nacido hacia 1521.
14 Al respecto, la más reciente, documentada y completa de las biografías del poeta
15 afirma que, aparte de efímeros amoríos con Elvira, una aldeana extremeña, así como una dama napolitana, tres amores marcan la vida del poeta: 1)
Magdalena de Guzmán, prima monja e hija ilegítima de su tía doña María de Ribera, quien se convierte en la Camila de la Égloga II; 2)
Guiomar Carrillo, quien se traduce en la Galatea de la Égloga I; y 3)
Beatriz de Sá, segunda esposa de Pedro Laso y cuñada de Garcilaso, conocida como «a mais fermosa molher que se achou em Portugal» (p. 599), aunque solo muy problemáticamente puede identificarse con la Elisa de los versos de Garcilaso.
Por entonces empezó a escribir sus primeros
poemas según la estética de la
lírica cancioneril, que pronto desecharía; además, ejerció un tiempo como
regidor de su ciudad natal. El punto de inflexión en su lírica obedece a un día de 1526 en
Granada, en los jardines del
Generalife y cerca del palacio del
emperador, como cuenta Juan Boscán:
Estando un día en Granada con el Navagero, tratando con él en cosas de ingenio y de letras, me dijo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia: y no solamente me lo dijo así livianamente, mas aún me rogó que lo hiciere... Así comencé a tentar este género de verso, en el cual hallé alguna dificultad por ser muy artificioso y tener muchas particularidades diferentes del nuestro. Pero fui poco a poco metiéndome con calor en ello. Mas esto no bastara a hacerme pasar muy adelante, si Garcilaso, con su juicio —el cual, no solamente en mi opinión, mas en la de todo el mundo ha sido tenido por cosa cierta— no me confirmara en esta mi demanda. Y así, alabándome muchas veces este propósito y acabándome de aprobar con su ejemplo, porque quiso él también llevar este camino, al cabo me hizo ocupar mis ratos en esto más fundadamente.
En ese mismo año de 1526, con motivo de las bodas de Carlos I con
Isabel de Portugal, acompañó a la Corte en un viaje por varias ciudades españolas y se enamoró platónicamente de una dama portuguesa de la reina,
Isabel Freyre, que cantó bajo el anagrama de
Elisa en sus versos, que a ella son debidos. Dicha dama fue también destinataria de los versos de su amigo, el poeta y diplomático portugués
Francisco Sa de Miranda bajo el nombre de
Celia. Una teoría de la garcilasista
María del Carmen Vaquero apunta, sin embargo, a que esta Elisa habría podido ser en realidad la segunda mujer de su hermano Pedro Laso, la hermosísima
Beatriz de Sá, de sangre real
guanche, celebrada por numerosos poetas portugueses.
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En 1528 dictó su
testamento en
Barcelona, donde reconoció la paternidad de su hijo ilegítimo y asignó una pequeña suma de dinero para su educación; poco después da una colección de sus obras a Boscán para que la revisara, y seguidamente partió hacia
Roma, en 1529. Participó en la
campaña contra Florencia y asistió a la investidura del rey de España como
Carlos V del
Sacro Imperio Romano Germánico, llevada a cabo en
Bolonia en febrero de 1530, acompañándole después a
Mantua. Desde dicha ciudad, el 17 de abril, Carlos autorizó a Garcilaso a regresar a España y le otorgó 80 000
maravedíes anuales para toda su vida en recompensa por los servicios prestados «sin obligación de servir ni residir en nuestra corte».
18
Tras su regreso a Toledo, Carlos le encargó en el verano de 1530, por mediación de la emperatriz Isabel, la tarea de viajar a Francia para comprobar el trato que el rey
Francisco I de Francia estaba dispensando a su hermana
Leonor de Austria, con quien se había casado en cumplimiento de la
paz de las Damas y, de paso, espiar los posibles movimientos de tropas en la frontera.
18
Al año siguiente, Garcilaso fue testigo en la boda de su sobrino, un hijo de su hermano el comunero
Pedro Lasso. El emperador se disgustó por la participación de Garcilaso en un enlace que no contaba con su beneplácito y mandó detenerlo. Se le apresó en
Tolosa y se acordó confinarlo en una isla del
Danubio cerca de
Ratisbona, descrita por el poeta en su
Canción III. La intervención de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, III duque de Alba de Tormes, en favor de Garcilaso resultó crucial: aprovechando que en ese año los turcos empezaban a amenazar
Viena, hizo ver al Emperador que se necesitaba a Garcilaso, de forma que fue movilizado en ayuda del duque de Alba. El poeta abandonó, pues, en 1532 el Danubio, donde ya prácticamente era huésped del conde
György Cseszneky de Milvány, castellano de
Győr, y se estableció en
Nápoles.